Seva, el servicio desinteresado

“Hay un dicho: es fácil ser un santo encima de una montaña, pero la prueba verdadera llega cuando bajas al mercado”. En el sendero de Siddha Yoga ponemos a prueba nuestro logro y refinamos nuestro entendimiento a través de la práctica de la seva, o el servicio desinteresado. Cuando trabajamos con otros en un entorno espiritual, tenemos un medio práctico para poner en acción las enseñanzas de Siddha Yoga.

Durante la práctica de la seva, realizamos actividades cotidianas (ya sea cocinar, limpiar, enseñar o trabajar en el ordenador) con enfoque en el Ser, con conciencia. Los estudiantes de Siddha Yoga ofrecen seva en los retiros, centros de meditación y ashrams de Siddha Yoga, creando una ofrenda tangible de amor en acción.

En su mensaje para el año 2000, Gurumayi Chidvilasananda habló sobre “el servicio amoroso ininterrumpido” como una manera de disolver lo que nos separa de la experiencia constante del amor divino. A medida que cultivamos una actitud de servicio, aprendemos cómo hacer de todo el trabajo de nuestra vida un servicio a Dios; todos los aspectos de nuestra vida se convierten en yoga. Finalmente, llegamos a entender que servir a la humanidad y servir a Dios son uno y lo mismo.